Centre Jeunesse Pierre Bérégovoy

Qualche anno fa, tornavamo dal nostro tour francese, era l'ultimo giorno, l'ultima tappa, prima di rientrare in Italia. Venivamo da una brutta esperienza, trascorsa in un ostello a dir poco fatiscente e molto sporco. Una volta arrivati a Roanne, cercando il nostro ultimo ostello prenotato precedentemente, i dubbi mi assalirono. Ancora prima di arrivare, mentre eravamo ormai stanchi e affamati, pensavo tra me e me "Ti prego fa che sia almeno pulito, ti prego!" Appena visto il palazzo mi tranquillizzai un poco, una volta saliti al ...non ricordo quale piano, ogni dubbio si dileguò. Ad accoglierci, un ragazzo, educato, informato, organizzato....finalmente! Ci fece visitare tutto il piano, la cucina a nostra disposizione con lavastoviglie, la parte utensili, la zona colazione, le docce e infine la nostra camera doppia. Tutto era pulito e ben sistemato. L'ambiente tranquillo e discreto era un sogno. Dalla nostra camera si apriva una porta che dava sul terrazzo. Eravamo all'ultimo piano e si vedeva una parte della città. Dopo una doccia rinfrescante, da bravi italiani, preparai una bella pasta. Qualche chiacchiera con alcuni ragazzi italiani e poi a nanna. L'indomani ci aspettavano parecchi chilometri ancora, prima di arrivare a casa.

Hace algunos años, volvimos de nuestra gira francesa, fue el último día, la última parada antes de regresar a Italia. Venimos de una mala experiencia, pasamos en un albergue para decir lo menos en ruinas y muy sucio. Una vez en Roanne, tratando el último albergue reservado previamente, las dudas me asaltaron. Incluso antes de llegar, mientras que ahora estábamos cansados ​​y hambrientos, me dije a mí mismo: "Por favor, que sea por lo menos limpia, por favor!" Sólo visité el palacio me calmó un poco, una vez elevado a ... No recuerdo en qué piso, todas las dudas se desvanecieron. Para darnos la bienvenida, un niño, educada, informada, organizada .... por fin! Vimos todo el piso, la cocina a nuestra disposición con lavavajillas, utensilios de piezas, área de desayuno, duchas y finalmente nuestra habitación doble. Todo estaba limpio y bien equipado. El ambiente tranquilo y reservado era un sueño. Desde nuestra habitación se abrió una puerta a la terraza. Estábamos en el piso superior y se podía ver una parte de la ciudad. Después de una ducha refrescante, como buenos italianos, se preparó una buena pasta. Unas charlas con algunos chicos italianos y luego a la cama. Al día siguiente esperaron durante varios kilómetros, incluso antes de que llegue a casa.