Oculto pero no secreto
Para entrar al cementerio de San Sebastián solo falta que acoplen a las guías un mapa adicional. Primero porque no se encuentra dentro de las rutas turísticas habituales y lo suelen visitar sólo los que pasan varios días en la ciudad o los que como yo sienten una curiosidad especial por los camposantos.
En segundo lugar su localización es un poco difícil, ya que hay que entrar por una puerta que está localizada en un muro que a su vez discurre por un dédalo de calles que sólo al final nos llevan hasta la entrada del cementerio.
Que realmente no es un cementerio, sino el claustro de un monasterio que poco a poco se fue llenando de visitantes que fueron quedándose para la eternidad, a su alrededor y en su centro, como podemos comprobar según entramos.