Donde descansan los ilustres con vistas al mar
Los que me conocen y siguen mis viajes por el mundo, saben que no puedo resistirme a visitar los cementerios. Tienen algo magnético que me atrae irremediablemente. No creo que tenga nada que ver con la muerte, sino más bien con el hecho del reposo eterno tras una vida entera o muy corta.
Sea como fuere pasear entre las lápidas o pararme frente a mausoleos o nichos forma parte desde hace tiempo de mis 'must' en cada viaje.
El que hoy me ocupa es un cementerio marino, que no marinero, muy del estilo del que visité en Saint Tropez pero con más caché, mas empaque, más categoría, que como dice la canción de Mecano "que aunque el juicio final nos trate por igual aquí hay gente de rancio abolengo".