Cementerio del Père-Lachaise

Qué raro hacer turismo en un cementerio...

El cementerio es un corazón de silencio y tranquilidad en medio de la ciudad. Se siente algo extraño pasear entre tumbas, cruzándose de vez en cuando con turistas.

Algunas sepulturas siguen siendo lugares inevitables (con lo cual con turistas delante sacándose fotos): Jim Morrison, Frédéric Chopin, Edith Piaf, o el espiritista Alan Kardec cuya tumba suscita ritos algo extraños para personas inexpertas en las artes ocultas. Algunas esculturas despiertan el interés, pero no puedo sino pensar que lo mejor es poder visitar el lugar con un guía experto, capaz de llevarlo a uno a las sepulturas más interesantes y explicar la historia de tal señor, masón y comerciante cuya sepultura revela secretos simbólicos escondidos al público habitual, o de tal pareja cuya sepultura representa su amor eterno...

El cementerio de Père-Lachaise es una atracción turística más en París. Principalmente por albergar los numerosos cuerpos de personajes y personas famosas de Francia y también de otras nacionalidades. Se encuentra en un barrio agradable, fuera de las masas turísticas de los distritos centrales, donde habitan muchos franceses de segunda y tercera generación, y mayoritariamente de clase trabajadora.
Para llegar al cementerio lo más rápido es el metro, como siempre en París, a menos que hayan huelgas…
La entrada es gratuita, aunque es recomendable hacerse con un mapa indicando las tumbas de tus ídolos y “objetivos”, a no ser que quieras simplemente dar un paseo. Si no recuerdo mal el mapa que venden a la entrada vale unos 2€. Si no tienes ganas de gastar nada, puedes hacerte un croquis apuntando la ubicación de las tumbas desde casa, ya que hoy en día en Internet se encuentra de todo muy fácilmente. También puedes hacer fotos del cartel que hay a la entrada, así te ubicas mirando la cámara a medida que te adentras en el cementerio.

Es el cementerio más visitado del mundo, fue llamado así por el confesor de Luis XIV e inaugurado en 1804. Sus 70.000 tumbas ornamentadas e incluso ostentosas, algunas de personas ricas y famosas, forman un verde jardín de esculturas. Entre el millón de personas enterradas aquí destacan Chopin, Moliere, Apollinaire, Wilde, Balzac, Edith Piaf. Reconozco que entré con mucho interés y ganas de de conocer los lugares donde repòsaban estos ilustres difuntos, pero casi al final empecé a sentir un poco de bnecrofobia e incluso angustia. Tardé un rato después de salir en recuperar mi habitual buen humor.

París es una ciudad con muchos rincones asombrosos y uno de mis favoritos es el Cementerio Pere-Lachaise.

Me encanta dar un paseo y contemplar la belleza de las esculturas y de los mausoleos. La paz y la tranqulidad que se respira en cada rincón y te hace olvidar que estás en un cementerio. Lo considero como un parque con mucho arte.

Si pides un plano a la entrada puedes admirar el lugar y visitar tumbas famosas de grandes artistas y músicos, entre otros.

Un rincón que visito cada vez que voy a París.

Yo fui a París con dos amigas, y tras dudar si ir o no al cementerio de Père-Lachaise, por fin nos decidimos, fuimos y no nos arrepentimos en ningún momento. En aquel lugar se respira historias, se respiran vidas, ahí se encuentran muchos de que marcaron de alguna manera tanto la historia de Francia como la del mundo entero. Yo me quedo con La Môme Piaf, una de mis artistas favoritas, llegas allí y recuerdas toda su triste historia, toda su dramática vida, y si eres tan fanático de ella como yo, te sabrá a poco la tumba del "gorrión". Y por supuesto, visitar a un escritor tan impresionante como es su tumba, Oscar Wilde, esa mampara de cristal impregnada de besos muestra todo el cariño de la gente y lo que significó para la escritura mundial.