Catedral de San Vito, Praga
Esta impresionante catedral, es joven. Aunque parezca que la pátina del tiempo le ha dado ese aspecto antiguo y sabio, y aunque empezó a construirse en 1344, no vino a nacer al mundo completamente hasta el siglo XX.
Si tuviera que quedarme con tres puntos importantes de la Catedral, sin duda el primero sería la vidriera realizada por el artista Alfons Mucha, llena de color y con una mezcla entre lo antiguo y lo moderno.
La segunda, sería la escalera neogótica que se encuentra inmediatamente después.
El tercer punto, sin duda, sería la tumba de San Juan Nepomuceno, auténtico éxtasis barroco en plata maciza.
Antes de abandonar la catedral, debemos rendir nuestros respetos a San Wenceslao en su maravillosa capilla, decorada con frescos góticos con escenas bíblicas , entreverados con mosaicos y gemas talladas con finos dorados. Cada objeto es una obra de arte, donde todo gira entorno al relicario del santo.
Ya fuera, la Puerta Dorada, que fue entrada principal hasta el siglo XIX y aún hoy usada para ocasiones especiales. La domina un mosaico del Juicio Final, obra de artesanos venecianos del XIV. Nada nos puede dejar mejor sabor de boca.


