Las más visitadas
Son sin duda las cataratas más visitadas del mundo. Registran 20 MM de visitantes al año.
No son las más altas ni las más grandes, aunque su caída sea de 54 metros y tenga 1000 metros de anchura son superadas por las Cataratas de Iguazú con 82 metros de caída y ser todo un complejo de cataratas, no digamos del Salto del Ángel (cfic) con sus 980 metros.
Su espectacularidad radica en el gran caudal de agua que registran . El Rio Niágara está alimentado por el Lago Erie y se une con el Lago Ontario. Sus 56 kilómetros de recorrido forman la frontera entre Canadá y EE.UU.
Al ser un lugar tan visitado está provisto de buena infraestructura.
EL barco “Maid of the Mist” traslada en cada viaje una gran cantidad de turistas, permite un acercamiento casi al mismo pié de la caída del agua, hay que ir provisto de un chubasquero puesto que es imposible no mojarse por las neblina de finas gotas y el viento que produce la gran caída. Los impermeables son proporcionados al adquirir la entrada, los de la parte de EEUU tradicionalmente son de color azul.
El Skylon Tower, una torre de 200 metros alberga un restaurante giratorio en su parte superior con una capacidad para 275 personas. Estuve cenando en la torre, para mí es el momento del día más recomendado. Las cataratas de noche están iluminadas y van cambiando de color, efectos muy bien logrados, es espectacular.
Pasando al otro lado, es decir a la parte de Canadá a través del puente Rainbow (paso fronteriza), las cataratas se pueden ver desde dentro, por detrás de la caída de las aguas a través de una serie de túneles, “Snenic tunels”. La perspectiva de observación no es menos espectacular. También hay que ir previsto de impermeables, en la parte de Canadá éstos son de color amarillo.
No hay que perderse los rápidos del Rio Niágara antes de precipitarse por las cataratas, únicos, bravos por el gran caudal de agua del rio.
Para poderlos contemplar bien y desde un privilegiado lugar hay que hacerlo por medio del aéreo “Whirpool Aereo Car” una cabina aérea que se desliza por cables atravesando el rio. Me resultó curioso el color con que va pintada la cabina, amarilla y roja (bandera española), resulta ser que su construcción fue diseñada por el ingeniero español Leonardo Torres en 1916.
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