Inexpugnable
La estrategia defensiva que montaron los españoles alrededor de San Juan de Puerto Rico fue absolutamente perfecta. Ni un resquicio podía quedar sin defender. Piratas, corsarios y otros invasores debían encontrarse con una plaza imposible de tomar, y por ello, crearon un cinturón de fortalezas único en el Caribe.
Como parte de ella, el fuerte de San Cristóbal ( que se visita antes o después del Morro y que lleva un pago de entrada conjunta), aparece en la misma puerta del Viejo San Juan, viniendo desde la ciudad nueva y en lo alto de un promontorio de la costa norte.
Su conservación e importancia histórica y arquitectónica lo declararon Patrimonio de la Humanidad y Monumento Histórico Nacional, ya que los especialistas lo consideran un compendio de las características de las fortificaciones europeas de los siglos XVII y XVIII. Una de estas características, que también pude observar en La Habana, es que los lados que dan el frente a los posibles enemigos nunca se encuentran en ángulo recto, lo que obliga a los atacantes a actuar en ángulo oblicuo y los defensores pueden crear fuegos cruzados y cañonear a distintos niveles.