El castillo de Eltz destaca no sólo por ...
El castillo de Eltz destaca no sólo por sí mismo, sino también por el entorno que lo rodea. Lo que más puede sorprender del mismo es su situación.
Tras aparcar el coche en un alto, hemos de descender andando hasta el castillo, que se encuentra situado junto al Eltz, un afluente del río Mosela. Normalmente los castillos o fortalezas de este tipo suelen situarse en lo alto, por lo que la situación de éste nos indicaría que sus objetivos eran más de tipo comercial, aplicando un peaje a los comerciantes que traficaban por la zona.
A lo largo del tiempo, tres líneas de la familia Eltz construyeron sus aposentos en el conjunto del castillo: Los Rübenach en 1472, los Rodendorf en 1540 y los Kempenich en 1615. Actualmente, el castillo pertenece al Conde Karl, de la línea del León de Oro.
Las visitas son en inglés y alemán, guiándonos por las distintas salas, que conservan el principal mobiliario. A pesar de que los interiores eran bonitos, he de admitir que me gustaron mucho más los del Castillo de Cochem, que visité unas horas antes que éste.
Con la entrada podemos también acceder a un museo donde tienen expuestas piezas del tesoro y joyas de la familia Eltz, aunque no lo recomiendo demasiado.
Un castillo muy especial y en una localización que sorprende al visitante.
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