Inspiración de muchos y refugios de muchos más
Sin duda la joya de esta villa, su enorme castillo (en parte en ruinas) que comparte nombre con el pueblo donde reside. Imponente y visible desde casi todos los rincones adyacentes es el rincón más buscado y visitado por turistas y viajeros.
Su construcción comienza en el siglo XI por orden de William de Warenne, Conde de Surrey, tras la invasión Normanda tras la Batalla de Hastings en 1066, como residencia de la nobleza pero también con funciones defensivas y de refugio para nobles e incluso el rey en caso de apuros, al estar más apartada y tener un acceso complicado.
Posteriormente, sería adquirido por la familia de los Plantagenet y posteriormente fue parcialmente destruido en la Guerra Civil inglesa cuando era propiedad del Duque de Leeds en 1737. Curiosamente hasta casi 1950 no pasa a formar parte de las propiedades históricas del gobierno inglés que tras hacer algunas renovaciones, todavía plantea algunos arreglos más.
Más que vistoso desde el pueblo, en lo que hoy supone un parque y con estructura casi triangular con una torre principal monstruosa con aires de refugio y vivienda medieval (esto era común en los castillos británicos).
Muy recomendado, no demasiado conocido y una experiencia que nos hará retroceder hasta ek siglo XII en muchos aspectos.
