Nuevo pero imponente.
La reconstrucción ha sido total. Como el ave fénix que renace de sus cenizas, o sin entrar en la mitología, como un Alcazar de Toledo en tierras eslovacas, el castillo de Bratislava se erige a 150 metros de altura, sobre una colina, con unas vistas impresionantes de la ciudad. Por poco que nos fijemos se ve perfectamente el contraste entre la parte antigua y la parte moderna de la capital. Del castillo sin embargo, no. Fue reconstruido completamente como podemos ver en el pequeño museo que sobre él se encuentra en una de sus dos únicas salas visitables. En la otra encontramos los restos de la primitiva fortificación y las recuperaciones arqueológicas que se produjeron durante el proceso. El edificio, actualmente es sede de la administración pública.