Altas y espectaculares
Es curioso que un país tan húmedo y con tanta agua, tenga unas cascadas con tan poco caudal, me refiero que no son esas magníficas caídas de agua de Islandia, por poner un ejemplo; lo que si son es muy elegantes y fotogénicas, y éstas de Wairere quizá sea una de mis favoritas.
Son tan altas que desde mucho antes de llegar a ellas se ven desde la carretera. Y es normal, porque son nada menos que 153 los metros que recorre el agua antes de llegar a la poza que la remansa. Pero para ello debemos hacer el camino.
Aparcamos el vehículo de nuevo en un pequeño parking, que en temporada lata debe ser un pequeño infierno, ya que es un poco estrecho e iniciamos el suave pero contundente ascenso por un camino lleno de puentes que cruzaban el río Wairere, muchas escaleras y un denso bosque nativo.