Casa Julio

La taberna-bar casa Julio recibe múltiples críticas en internet, para bien y para mal, quizás por la falta de su trato familiar. Antaño podía presumir de un trato más personal.
Posiblemente sea cierto, no destacan en ese aspecto. Pero su ambiente moderno y artístico, sus croquetas y resto de manjares no tienen desperdicio.

En la escondida calle Madera en el barrio de Maravillas, también conocida como zona Malasaña encontramos una taberna de corte tradicional. Sus fachada roja no pasa desapercibida (en el pasado las fachadas de las tabernas se pintaban de este color para que la gente supiera que allí se servía vino tinto), su fama tampoco, y cuesta un poco encontrar sitio para comer ya que es pequeñita y suele estar llena.

Archiconocida por servir croquetas al mismísimo cantante de U2, casa Julio es otro de esos locales imprescindibles del Madrid castizo. Aunque por dentro está reformado y ha perdido un poco el encanto decadente de antaño, mantiene la fachada roja característica de las tabernas con solera, y dentro, alguna reliquia indispensable como la saturadora de seltz para los vermús o los taburetes de madera junto a la barra.

Las croquetas son su seña de identidad (aunque si vas, comprobarás que es imposible resistirse a la tortilla de patata). Las hay de siete sabores; nuestras favoritas, las de puerro y champiñón, las de espinacas y las de morcilla. Puedes pedir raciones de 12 o de 6 piezas y combinar los sabores como quieras. Son grandecitas y contundentes, de manera que si te animas a probarlas todas a la hora del vermú, no quedes ese día para comer. El dueño preside la barra así que el trato es exquisito y muy cordial. Un clásico con historia. Imprescindible.

Aquí puedes comerte las mejores croquetas de Madrid. Puede que te suene raro, pero no dejes de probar las de espinacas. También las hay de jamón y de queso.

Como nota curiosa, decir que U2 lo eligió hace años para hacer una sesión de fotos, y desde entonces siempre que vienen a Madrid hacen una visita.

Hace ya unos años, en torno a 2007, fui con mi novia y un amigo a un sitio en el que habían estado comiendo U2. Y no era ningún restaurante especial, más bien era una taberna. Pero sabíamos que los huevos rotos y las croquetas eran tremendos!
Al llegar, era tan tarde que la cocina estaba cerrada, pero la señora decidió abrirla para nosotros. Le pedimos unos huevos rotos, y ella sacó de un cubo de pintura vació unas patatas, y se puso a pelarlas allí mismo! Y claro, cuando ves como preparar esos huevos rotos, simplemente no pueden estar malos. Y sus croquetas tampoco...!
Con el tiempo hemos ido probando todas las raciones de la carta, varios vinos, y también hablado con los dueños para conocer la historia de cómo U2 se dejó caer por el local! Bono debió de chuparse los dedos con la tortilla de patatas. Me lo puedo imaginar.