Casa Eloy
Siempre me habían hablado muy bien de este lugar pero no me animaba a ir. El Domingo fue la primera vez que visité este restaurante con unos amigos que son clientes habituales. Es pequeño pero muy acogedor. Desde el primer momento el trato es muy bueno y te hacen sentir como en tu casa.
Luego ya, comenzó la fiesta gastronómica. Comimos un arroz con bogavante caldoso, que es lo mejor que he comido en mi vida. Las raciones son generosas. Con eso, y un postre se podía dar la comida por suficiente, pero aún quedaba lo mejor, la chuleta!!! Una carne que se deshacía en la boca. Una chuleta tremenda y sabrosa. Los postres, caseros impresionantes también.