Mariana arquer hernandez
Definitivamente un rincón que conocer.
Un lugar grandioso, comer aquí es como comer en casa de tus padres, preparan una comida casera extraordinaria, abundante y con una atención inmejorable.
Me encantó al salir encontrarme en una mesa cercana a la puerta con un grupo de señores jugando dominó y cartas era evidente que hacían esto desde hace años en el mismo lugar lo que demuestra el trato cálido y amable que brindan desde siempre.
Encantador ver la historia de la ciudad representada en imágenes que se encuentran dispuestas por todo el restaurante.
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