No tiene tanto renombre como su vecina...
No tiene tanto renombre como su vecina Casa Batlló, pero su fachada es también espléndida y bien merece un reconocimiento, y no sólo su fachada, sino también su interior, donde se conserva mobiliario y colecciones de 1900. Todo esto y más le valió para ser declarada, en 1976, Monumento de Interés Nacional.
El lugar donde se encuentra se conoce como la "Manzana de la discordia", pues en esta manzana del Passeig de Gràcia podemos encontrar tres edificios que rivalizan en belleza, la Casa Batlló, la Casa Lleó-Morera y esta misma, la Casa Amatller. Fue en 1898 cuando el chocolatero Antoni Amatller encargó a Puig i Cadafalch que se encargara de modificar el edificio y así convertirlo en su residencia privada.
Su fachada esconde detalles sólo visibles a quien la observe detenidamente, como por ejemplo la gran A (del apellido Amatller) que corona la tribuna con una gárgola en cada extremo. El balcón de hierro forjado o la decoración floral de la pared exterior son un ejemplo de las maravillas que componen este edificio. En el vestíbulo llama la atención las grandes puertas con vidrieras de colores, así como los faroles de hierro con la figura de pequeños dragones.
Merece la pena detenernos ante este edificio, entrar en su vestíbulo y fijarnos en cada uno de sus detalles.
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