Disfrute total: entorno, comida, descanso.
Pasamos 5 días en verano tres amigas en la casa y desde el primer momento no sentimos muy bien acogidas. Sonia y Nila nos trataron como estuviésemos en casa (como en pocos sitios), de forma cercana, muy agradable y servicial; nos aconsejaron sobre cualquier duda que pudiésemos tener.
El primer día cenamos en la misma casa, el menú que ofrecen compuesto por marisco de su propio vivero y carne gallega, todo riquísimo. El desayuno muy bueno y abundante, donde se pueden degustar los bizcochos o mermeladas caseras. La habitación que compartíamos las tres era muy espaciosa y muy limpia, y como toda la casa, decorada con mucho mimo.