Debe su construcción al Infante Don ...
Debe su construcción al Infante Don Pedro, quien emprendió su edificación a finales del siglo XVII. En la reforma manuelina y según el proyecto de Boitaca recibiría, a partir de 1507, una nueva cabecera, además de una pomposa portada, de las ventanas recortadas y, en su interior, del arco triunfal. En 1744, el estado ruinoso de la bóveda de piedra de la capilla mayor obligaría a proceder a su demolición y a reformar externamente su cabecera, lo que Juan de Rouen resolvería con unos contrafuertes renacentistas.
En el interior, con el paso de los siglos ha ido acumulando un ambiente decorativo de opulencia y armonía, en el que destaca por sus techos, por encontrarse completamente revestida de azulejos del siglo XVII y por su magnifico retablo del altar mayor de Bernardo Coelho, con cuadros de Simáo Rodrigues y Domingos Vieira Serráo (1605).
El órgano, de Gabriel Ferreira, construido en 1732, es realmente magnífico. Nos quedamos mirándolo embobados durante un buen rato. Intentamos echarle una foto por todos los medios, pero la capilla es pequeña y hay una persona siempre cerca.
La entrada se saca fuera del recinto del patio.
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