Cambio de Guardia a la noruega
Si los británicos alardean del archiconocido cambio de guardia de Buckingham Palace y los romanos presumen del no menos aireado y explotado cambio de guardia de la “ídem” Suiza del Vaticano; los noruegos, en particular los habitantes de Oslo, aunque de manera mucho más comedida que romanos y londinenses, también se sienten orgullosos de su particular versión del cambio de guardia cuya vistosidad, por cierto, no tiene nada que envidiar a las mencionadas anteriormente.
Ya pueden caer chuzos de punta, nevar copiosamente o que el mercurio del termómetro indique varios grados por debajo de cero; ninguna inclemencia climatológica impedirá a los hombres y mujeres de la Guardia Real llevar acabo la pintoresca ceremonia del cambio de Guardia a la noruega.