La otra Mallorca
Las fantasías eclécticas del Modernismo y el Art Nouveau español de principios del siglo pasado, no sólo dejaron hermosas huellas en Palma sino también en Sóller, la preciosa segunda ciudad de la isla. Es un espectáculo pasear por las calles de la ciudad admirando maravillas como la Iglesia de San Bartomeu y los elegantes forjados del Banco de Santander del inigualable discípulo de Gaudí, Joan Rubió.
El trazado de sus calles, laberíntico y con muchos rincones y recovecos, nos recuerda los tiempos en que los habitantes de la ciudad tenían que defenderse de los numerosos ataques piratas que pretendían despojarla de sus numerosas riquezas. Menos agresivo fue el paso de fenicios, romanos, bizantinos y musulmanes, que la adoraron y dejaron en ella más de un recuerdo de su estancia.