Saïgon - Ho Chi Minh

HO CHI MINH
La antigua Saigón, capital de Vietnam del Sur.

Se trata de una gran urbe de 6.5 MM de habitantes. La idiosincrasia popular es muy parecida a la de Hanoi, miles de motocicletas, vendedores callejeros, aunque a decir verdad en este aspecto el tráfico está mucho más ordenado que en Hanoi, hay más semáforos y suelen respetarse. A pesar de haber leído alguna crónica diciendo lo contrario. Mi percepción es que el tráfico y el tránsito callejero es bastante más ordenado que en Hanoi.

También se diferencia de Hanoi por la calidad de sus comercios y barrios elegantes, todo y que cuenta también con mercados populares.

Acabábamos de aterrizar en Vietnam. Llegamos a eso de las ocho de la tarde, y pese a las más de 24 horas de viaje no pudimos quedarnos en el hostal. Ho Chi Minh no es sólo una ciudad caótica y repleta de comerciantes en cada rincón, es también la tranquilidad que consiguen conservar sus habitantes, que parecen ajenos al claxon de las millones de motos que recorren sus avenidas. Ho Chi Minh son mujeres vendiendo desde las frutas y verduras más exóticas, hasta saltamontes o cucarachas recién pasados por la plancha; ancianos como el de la foto que, en medio de la locura vietnamita, encuentran la paz sentándose junto a un árbol; conductores de moto-taxis echando la siesta acurrucados en la moto que hace las veces de cama, y como no, niños que deambulan a cualquier hora por el frenetismo de la segunda ciudad más importante de Vietnam.

Ho Chi Minh City, antiguamente llamada Saigon, se encuentra al sur de Vietnam. Aquí reinan las motocicletas, ya que casi todo vietnamita tiene su propia moto. En el pasado todo el mundo viajaba en bicicleta, pero ahora todos quieren desplazarse lo mas rápido posible y adquirir una motocicleta es más barato que un coche. Hay que tener dos cosas en cuenta en Ho Chi Minh City con respecto a las motocicletas: el freno no existe y solo se escucha constantemente el claxon. Cuando te paras en un semáforo, al segundo estás rodeado de cincuenta vietnamitas sonrientes que solo esperan a la cuenta atrás del semáforo para arrancar lo antes posible.