La otra ciudad del Guadalquivir
Si viajando por tierras cordobesas, uno divisa a lo lejos una torre roja que luce como un farol sobre un blanquísimo caserío, está llegando sin duda a la ciudad de Montoro. Cinco colinas, que no siete, se hermanan con la particular imagen de esta villa andaluza, que se asoma tímidamente para deleitarse con la belleza de su paisaje, en un recodo del Guadalquivir.
Se ha dicho que Montoro es la Toledo Andaluza por la estampa que dibuja su monumental entramado sobre un promontorio ceñido por una honda curva del río. El puente del Guadalquivir une la villa con uno de sus barrios típicos y el color rojo intenso que tiñe la tierra y la piedra contrasta con el blanco de la cal de las casas escalonadas. Sobre sus aguas se alzan las iglesias, los palacios y las colinas que se encrespan hacia Sierra Morena.