Maravilla andaluza
Écija esparce su valioso y costosísimo barroco a orillas del río Genil, en una hoya geográfica donde en días de verano se alcanzan las temperaturas más altas de España, y de ahí aquello de " Sartén de Andalucía".
En su trama urbana se alza un conjunto de torreones conocidos popularmente como "las giraldillas". Todos pertenecen a un mismo estilo y fueron levantados durante el siglo XVIII, al igual que buena parte de las casonas y palacios que decoran las calles principales que rodean la Plaza de España.
Pese a que en el año 1402 fue designada ciudad por Enrique II, su máximo esplendor culmina en el siglo XVIII. Es en esa centuria cuando ven la luz la mayoría de los edificios que aún se pueden admirar y que son fruto de la pujanza económica vivida por la urbe durante ese tiempo. Son muchos los palacios de esa época en los que se puede apreciar preciosas portadas, escaleras con valiosísimos trabajos de yeserías, balcones corridos y patios enclaustrados muy típicos del lugar.