Roberto Gonzalez
Un auténtico pueblo serrano
Habitado desde los tiempos del Neolítico casi permanentemente, Kazala, tal y como la llamaron los árabes, ha sido, desde siempre paso obligado, parada y fonda en el camino a Extremadura.
Sufrió muchísimos altibajos en su historia, sobre todo con los episodios de las disputas entre los bandos del Duque de Medinasidonia y del Conde de Arcos.
Fue solo a partir del siglo XV cuando consiguió la estabilidad y el crecimiento económico gracias a la industria de sus vinos de gran calidad, que eran incluso exportados a América, y la subida estratosférica de la fabricación y exportación del famoso anís de Cazalla.
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