Situado en la zona noreste de la isla de Palma de Mallorca se encuentra una pequeña localidad llamada Cala San Vicente, desde la cual se pueden apreciar unas vistas del mar y de las olas rompiendo contra las grandes rocas que hacen que dejes tu mente en blanco y aprecies lo maravillosa que puede ser la naturaleza. Un sitio inolvidable.
Desde que lo conocí, en 1997, hemos pasado días incluso con mi familia, es un mar de ensueño, pasa del esmeralda al azul intenso, del mar calmo al bravío, además al fondo de la cala esta el caballo de Bernart... nunca esta igual, ni cuando amanece ni cuando se pone el día. Es la tierra de mis abuelos y cuando sea ceniza, me gustaría descansar allí toda la eternidad.
Pasando el "pueblito" de Cala dan Vicente llegarás a un pequeño parking que indica Cala Barquer, es una cala preciosa con diferentes hoteles y restaurantes en diversas alturas. Situada en el norte de la isla, una cala indispensable, de esas que tienes en la lista y no puedes marchar sin dejarla tachada. Merece mucho la pena.
Es una cala urbanizada con un hotel a pie de playa. Coqueta y no tan masificada como otras.
Menú razonable 10 euros, algo poco común en Ibiza. Esta situada en la Cala San Vicente y cuenta con Wifi abierta
En la zona norte de la isla de Mallorca se encuentra esta preciosa cala de aguas limpias y turquesa. Aunque sus aguas son propias de una playa virgen, dispone de servicios como socorrista, de un hotel a pie de playa así como de un restaurante en el que poder comer delicioso pescado del día.
Un lugar de ensueño que te invita a dejar la mente en blanco. Es un buen sitio para descansar del estrés diario. Imposible irse de allí sin antes haber admirado su espectacular y rico fondo marino haciendo snorkel. Mi favorita es Cala Clara: pequeña, recogida, natural y con un agua transparente que hará que no quieras salir nunca de allí. En definitiva, un entorno espectacular y muy recomendable.
Un lugar apartado, con hoteles e ideal para darse un baño tranquilo y hacer snorkel.
Enclavada en la Serra de Tramontana con un mar bravío y emocionante da lugar a tres playas: una de arena finísima, Cala Molins, una de rocas, Cala Clara y otra de grava, Cala Barques. También se encuentra enclavado Cala Carbó, playa que fue bandera del ecologismo insular.
Esperábamos mucho de esta cala ya que en muchas páginas la marcan como preciosa e indispensable, pero nos llevamos una decepción bastante grande. Es una cala llena de piedras.
