Muy buen menú por 20 euros.
Pués no fué tan fácil encontrar un restaurante en el centro de Vitoria, lo que hay es un montón de bares de vinos, pero restaurantes como tales me costó encontrar.
Este lugar está en plena plaza, con unas bonitas vistas de las fachadas acristaladas, y nada más bajar las escalinatas de la Iglesia a mano derecha.
Tiene una terraza, pero optamos por comer dentro pese a la algarabía reinante, debido al solazo que hacía ese día.
El menú sonaba genial: atillo de trigueros y panceta con bechamel de txangurro,vieira rellena de setas y gulas, judías pintas alavesas, o salpicón con vinagreta tricolor, eran algunos primeros platos.