Un lugar tranquilo y lleno de encanto
Sidi Bou Said o Sidi Bou Saïd (en árabe: سيدي بو سعيد), es un pueblo costero situado a unos 20 km de la ciudad de Túnez. Este lugar es sin duda un espacio especial por su estética (todas las casas son de color blanco, menos las puertas, ventanas y rejas, que tienen que ser de color azul claro desde que el Barón Rodolphe d'Erlanger así lo estipuló en 1920) y su ambiente tan relajante. No sin motivo el pueblo de Sidi Bou Said ha sido frecuentado por artistas tanto tunecinos como europeos desde el s. XIX y es destino de numerosas personas que desean aprender árabe en un entorno inolvidable.
En la subida por la calle principal, que desemboca en el acceso al famosísimo Café des Nattes, se encuentran numerosas tiendas de artesanía que, aunque son algo más caras de lo habitual en Túnez, también suelen ofrecer una mayor calidad. Los cafés son también más caros debido a su gran atractivo turístico, pero vale muchísimo la pena pasear por este pueblo bucólico, contemplar desde lo alto el Golfo de Túnez (unas vistas espectaculares) y sentarse a tomar algo y a relajarse durante un rato.
Sin duda es uno de mis rincones favoritos de Túnez. Se agradece muchísimo ir, sobre todo, después de una mañana de visita al Museo del Bardo, a la bulliciosa medina de la ciudad de Túnez o a las ruinas de Cartago (con el sofocante calor propio del verano en esas latitudes). No dejen de visitarlo.
