Café con especulos
La calle Castilla es buen sitio para ir de pinchos y cañas por bares ‘auténticos’ y, con ‘auténticos’ (adjetivo que no me gusta nada) quiero decir de los de toda la vida. El café bar Pleamar es uno de esos chiringos de siempre, de esos por los que parece que no pasa el tiempo, para bien y para mal.
Especialmente ‘retro’ o, si se me permite, pasado de moda, el café bar Pleamar se antoja atrapado en el tiempo. Si estuviesen decorados con espumillón, pensaría que sus florerillos entre kitch y hortera se los dejaron olvidados al quitar la decoración de Navidad. Pero no, este bar esa así.
Ahora, lo poco nuevo no impide que en el café bar Pleamar siempre tengan una sonrisa y un picho a punto para el que viene a tomar algo. Son humildes pero gratis, así que no puedes quejar. El café está a euro y poco y suele venir acompañado por un gran speculo, esa rica galleta tradicional belga que, curiosamente, suele venderse en Navidad (¿será por hacerle un guiño a los floreros?).