Fabrica su propia cerveza
Uno de los momentos que más me gustó del viaje a Ámsterdam no fue precisamente la casa de Anna Frank ni el mítico Barrio Rojo. Todo lo contrario, fue un lugar bastante recóndito, pero con mucho encanto. Os presento la cervecería Brouwerij’t Ij.
Estuvimos casi toda la tarde para encontrarla, pero su descubrimiento mereció la pena. Es un lugar bastante pintoresco, ya que se encuentra justo al lado del Molino de Viento de Gooyer, el único que sobrevive de los cinco que funcionaban en la zona de Plantage. Brouwerij’t Ij es una cervecería auténtica emplazada en unos antiguos baños públicos.
Los oriundos nos contaron que es la única de la ciudad que fabrica su propia cerveza. De hecho, probamos hasta tres variedades distintas y estaban buenísimas. Tenían muchas más. Muy distintas a las que hay en España, pues tienen más graduación, mucho cuerpo y un sabor intenso, pero refrescante. Además, en la cervecería te servían un excelente queso holandés y embutidos locales deliciosos.
Pero lo mejor de Brouwerij’t Ij era su ambiente popular y abierto. Mesas muy toscas y sencillas donde los holandeses disfrutaban de la cerveza y de una buena conversación. El local estaba compuesto por mesas largas en las que te sentabas con gente completamente desconocida. Eso provoca que siempre entables conversación con ellos y te lo pases en grande.