Una buen descubrimiento
Llegúe a Briones de pura casualidad. Era la hora de comer, y este fue el pueblo más cercano que encontré para parar. Lo primero que me sorprendió de Briones, a parte del intenso calor de agosto, era lo cuidado que estaba todo. Todas las casas y calles se veía que tenían muchos años de historia, pero parecía que el paso del tiempo no las había afectado para nada.
Desde lo alto del pueblo, al lado de la ermita del Santo Cristo, tenemos unas bonitas vistas a toda la llanura, con los campos llenos de viñedos, y es que esta es tierra de vinos.
Briones es un bonito pueblo en el que