ANADEL
Excepcional ubicación
El edificio es alucinante, medieval y con frescos en su interior, imagino que como casi cualquiera de la Cittá Alta, una auténtica maravilla y con un encanto único.
La casa está a unos pocos pasos de la Piazza Vecchia, y la señora te acompaña, ya que la recepción y la sala de desayunos está al final de la calle.
Son tres habitaciones cómodas y modernas, eso si, el wc hace ruido porque es químico, supongo no habrá habido más remedio, y no hay ascensor, las peculiaridades del edificio protegido seguro hacen que esto tenga que ser así.
En cuanto al desayuno es abundante y variado, lo malo
Es la escasez de servicio y el tener que pedir determinados platos que no acabo de entender por que unos tenían y otros no, como el de los fiambres.
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