¡¡Un lugar para regresar seguramente!!
Como es mi costumbre de todas las mañanas que salgo de casa para hacer algunas compras, ir a Pilates o al lugar que sea, me encanta desayunar, almorzar o merendar en algún lugar diferente de los que habitualmente están cerca de casa. Esta vez el lugar que me quedaba de camino y cual no fue mi sorpresa cuando descubrí que ese mismo bar, aunque bastante más antiguo, estuvo durante años al lado de una muy conocida Escuela de la ciudad y se trasladó a este local recientemente inaugurado.
Está absolutamente todo pintado de blanco, todo vidriado y tiene unos buenos toldos blancos para cubrir el sol en verano. Aquí se sirven muy buenos café, te comes un tostado o unas medialunas calientes, también vigilantes que ellos mismos elaboran y te entretienes leyendo el pizarrón con las delicias que ofrecen.