Una bodega sorprendente
Llegamos a Bodegas Stratvs preguntándonos qué podía ofrecernos esta bodega que no hubiéramos visto ya, y la verdad es que desde el momento en el que entramos nos llevamos una sorpresa.
Nada más entrar te encuentras con la primera gran imagen de la bodega, con los impresionantes lamparones de diseño antiguo que iluminan toda la zona de los depósitos, y donde comienza la explicación de la visita del guía.
La visita continúa con los distintos pasos por los que pasa el vino antes de llegar a ser vino, y comprende las dos plantas de la bodega con interesantes vistas de depósitos hechos en madera que aún se utilizan.
Tras la visita propiamente dicha, la bodega tiene una tienda donde podemos comprar vinos propios y otros productos, y nos ofrece la posibilidad de comer en alguno de sus dos restaurantes o de tomar un vino en su terraza. Personalmente yo me tomé un blanco fresquito y debo decir que es una delicia, el vino, la terraza, y el momento.
Lamentablemente, teníamos reserva en otro restaurante y no pudimos quedarnos a comer, pero viendo la pinta que tenían los platos que iban sacando, me hubiera quedado con gusto.
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