La catedral del vino
Tresmilseiscientos metros cuadrados que sobrecogen. Escondida bajo tierra se encuentra esta majestuosa bóveda. Una joya impresionante y escondida. Una gran desconocida. La iluminación está muy cuidad. Te encienden al entrar, le cuesta un rato mientras va apareciendo una nave impresionante, cientos de barricas de roble llenas de vino. El aroma de la nave es una mezcla de buen vino y de madera. Un espectáculo. El guía no para de hablar pero lo que se escucha es una tranquilidad inmensa, paz.