Nos hospedamos en este hotel cuando...
Nos hospedamos en este hotel cuando visitamos Coimbra, y lo cierto es que si volviera a esta ciudad lo que nunca repetiría sería este hotel.
Lo que nos atrajo fue el precio, para que nos vamos a engañar, y encima el alojamiento de la niña era gratis. El hotel en si está bien, bastante anticuado, pero bien. El principal problema es la ubicación, aunque dicen que está a tan sólo 2 kilómetros de Coimbra, lo cierto es que está totalmente aislado, a no ser que lleves vehículo propio, estarás incomunicado, y aún llevándolo es un engorro, al ser un sitio aislado, no hay restaurantes, ni bares, ni nada, por lo que cada noche te ves obligado a coger el coche para salir a cenar, y sabiendo que el caos circulatorio en Coimbra es terrible unido a la misión imposible de aparcar, pues eso que se te quitan las ganas. Durante el día la situación no mejora, los embotellamientos para entrar en la ciudad son terroríficos, por lo que recomiendo alojarse dentro de Coimbra en un hotel con parking, para no moverlo en los días que estéis en la ciudad.
Las habitaciones eran bastante amplias, y estaban muy limpias, el único pero en este apartado, es la antihigiénica moqueta, porque por mucho que la limpiaban y perfumaban, daba lo mismo, además te entraba calor sólo de verla.
En cuanto al desayuno, estaba bastante bien, un buffet muy surtido en el que incluso había jamón serrano y champán ¿para desayunar? Pues si, había gente que desayunaba con champán, supongo que sería porque era gratis, porque a ¿quién le apetece trincarse una botella a las 08:00 de la mañana y no porque sigas de fiesta, sino que te acabas de levantar?
Otro de los aspectos que no me gustaron es que el hotel estaba hasta arriba de grupos, al ser un hotel muy grande había 3 grupos de diferentes asociaciones que copaban todas las estancias en un minuto, por lo que cuando estaba tranquilamente en el piano bar, aparecían y se acababa la paz y también la comida, je.Je.