Claudia Rodríguez
Todavía le queda mucho para ser la mejor hamburguesa de Madrid
Animada por los buenísimos comentarios que leía en las diferentes redes sociales, no me quedaba otra, como hamburguesera de pro, que pasarme por la nueva sensación de las hamburguesas en la ciudad.
El local de Bentley's está magníficamente localizado, frente al Retiro, en la calle Alcalá. A pesar de ser pequeñito, los tonos madera y una zona que imita a una librería le dan un ambiente acogedor, aunque también puede llegar a resultar bastante ruidoso. Por otro lado, tienen un serio problema con el humo que sale de la cocina, que a pesar de estar al principio del restaurante, termina llenando todo el local y sales oliendo a parrilla...
Al servicio le falta todavía un poco de rodaje, se les nota despistados a pesar de ser muchos (contamos 4 camareros diferentes) y de tener pocas mesas en sala.
La carta (y el olor de la parrilla de carbón) tenía muy buena pinta, con una estupenda variedad de ensaladas, entrantes, platos carnívoros y hamburguesas. De estas últimas tienen una variedad de tamaños de la carne que va desde los 200 gramos al kilo y, a pesar de no ofrecer una larga lista de burgers, la verdad es que todas tienen una pinta estupenda cuando las lees, además de tener unos precios acordes al mercado.
¿Y por qué entonces 3 estrellas? pues porque, amigos de la hamburguesa, todos sabéis que si vais a una hamburguesería de nivel se respeta 100% el punto de la carne y no puede ser que la pidas poco hecha y que venga en ciertos puntos muy muy cocinada. Para mí, esto hace que no pueda incluso diferenciar su sabor, a pesar de que tenía buena apariencia...
En cuanto al resto del ingredientes, todo bastante correcto en la Bentley's con trufa, a pesar de no notar el sabor a trufa en ningún sitio. Sin embargo, la Bentley's Picante es un poco pesadilla. Primero porque, a pesar de que dice llevar jalapeños, nos cuelan (sin decírnoslo) otro tipo de chile diferente porque se les habían terminado los primeros. Esto, combinado con una cebolla cruda de las fuertes, hace que el bocado sea casi incómodo a pesar de ser muy fan del picante.
Para terminar (o más bien para empezar) pedimos unos aros de cebolla para compartir -los cobran bien, a 8€ el plato de tamaño normalito- y nos trajeron una maraña de tempura no muy bien hecha (vimos en otras mesas como estaban más tostados) y con una cantidad de bolas de harina que daba miedo. Me pareció un poco tomadura de pelo, la verdad.
En definitiva, venía muy esperanzada por la que proclamaban ser "la nueva mejor hamburguesa de Madrid" pero me he llevado un chasco tremendo al ver que están bastante en la media. No sé si es que tuvieron un mal día, les falta rodaje o si es que soy muy exigente pero no tengo ganas de darles una segunda oportunidad.
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