Roberto Gonzalez
Iglesia de San Nicolas de Mala Strana
He especificado el nombre de la Iglesia para no confundirla con la que encontramos en la plaza de la Ciudad Vieja.
Esta de Mala Strana guarda una sorpresa. Desgraciadamente estaba cerrada, ya que abre sólo de 9 a 17 y ya era un poco más tarde. Pero por fortuna, su torre pertenece al circuito de las torres visitables de Praga y permanece abierta hasta bien tarde. Pues bien, esta torre en la que esperábamos encontra sólo campanas y una preciosa vista se descubrió como la sorpresa del día. Pero no adelantemos.
Al subir la interminable escalera fuimos pasando por una serie de estancias donde vivía el campanero, habían paneles que contaban la historia de las campanas de Praga, el significado de cada una de ellas y los distintos toques.
Pero fue en la cúspide donde estaba la sorpresa. Donde se supone que debía haber un espacio vacÍo encontramos un cubículo acondicionado con muebles, cortinas, televisor y aparatos de radio. Las paredes estaban empapeladas con hojas de periódico, revistas y pósters de los años 60, 70 y 80. Resultó ser el nido de un espía de la época comunista, el lugar de "trabajo" de los que se encargaban de vigilar a los ciudadanos sospechosos de actividades anticomunistas o sospechosas. Si nos fijamos en cada ventana, una a cada lado, vemos los cartelitos que nos indica a donde "miraban " los prismáticos, cámaras y demás artilugios del espía de turno: embajada de Inglaterra, de Francia, de Estados Unidos..... Los dibujos de las cortinas, la forma de la televisión, los carteles, rápidamente nos llevan a los años de represión comunista de la que los checos no se sienten nada orgullosos. Considero esta visita imprescindible para los amantes de las curiosidades, como yo.
Esta Iglesia de la plaza de la Ciudad Vieja, construida en 1730 por Kilian Dientzenhofer,es quizá más conocida que su homónima de Mala Strana, del mismo autor,por ser más céntrica.
Es imponente de por sí, no sólo por su altura sino por levantarse, casi completamente aislada, de las casas que la rodean. Su interior, mezcla de barroco y de iglesia ortodoxa rusa es exuberante escenario para conciertos de cámara.
El grueso de la decoración se halla por encima de nuetras cabezas, con un abigarrado techo profusamente dorado y pleno de frescos barrocos.
A nuestro alrededor, las blancas paredes son marco de grandes cuadros de santos y retablos dieciochescos.
Esta Iglesia de la plaza de la Ciudad Vieja, construida en 1730 por Kilian Dientzenhofer,es quizá más conocida que su homónima de Mala Strana, del mismo autor,por ser más céntrica.
Es imponente de por sí, no sólo por su altura sino por levantarse, casi completamente aislada, de las casas que la rodean. Su interior, mezcla de barroco y de iglesia ortodoxa rusa es exuberante escenario para conciertos de cámara.
El grueso de la decoración se halla por encima de nuetras cabezas, con un abigarrado techo profusamente dorado y pleno de frescos barrocos.
A nuestro alrededor, las blancas paredes son marco de grandes cuadros de santos y retablos dieciochescos.
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