Fe en su estado más puro
Un poco alejada de los grandes puntos turísticos de Sevilla ( gracias al cielo), y en medio de un dédalo de calles y plazas del oeste de la ciudad, se levanta esta construcción reciente que tiene un encanto especial, o más...
Porque no sólo es la arquitectura de la basílica, sino lo que guarda en su interior. Pero vayamos por partes.
El edificio comprende varias dependencias, pero realmente se visita sólo la fastuosa capilla donde se adora al patrón de Sevilla, Jesús del Gran Poder.
Levantada en 1965, como capilla exenta de la Iglesia de San Lorenzo, es reflejo de la arquitectura neoclásica del Régimen lo que explica que su gran referente sea el Panteón de Roma, una de las mejores construcciones de toda la historia con el inconfundible óculo en la bóveda. Al igual que en el modelo en el que se inspiró se le dejaron pocas concesiones al adorno y al boato. El precioso mármol que adorna paredes y suelo hace que nuestra mirada no se disperse demasiado hacia otras artes y adornos que no sean la admiración del altar central, donde se localiza la imagen del Gran Poder.