Barrio de la Alfama

Uno de los barrios de obligada visita si paseas por Lisboa es El Barrio de la Alfama, situado cerquita de Barrio Alto. Deja el coche aparcado; ponte un calzado cómodo porque no faltarán subidas y bajadas ; piérdete en sus calles laberínticas, angostas, a veces con edificios ruinosos que amontonan el sabor de todas las culturas que pasaron por la capital portuguesa, un barrio que fácilmente sacará (como en toda la ciudad) el lado más bohemio que tengas. Viejas calles empedradas, sesgadas por las vías del amable tranvía que con su melodía de giros y frenadas da vida a este encantador barrio, de flores en el balcón, ropa tendida, miradores desde donde contemplar la fusión del río Tajo con el Atlántico, tiendas pequeñas.

Las cuesta de este lugar son intensas y largas pero merece mucho la pena.

Barrio tranquilo, y digno de ver! No puede quedar sin ser visitado. Recomiendo ir con calzado cómodo, ya son todo adoquines y estos están gastados por el uso y son resbaladizos.
Una vez arriba de este barrio,podemos disfrutar de uno de los miradores de la ciudad, con vistas espectaculares y un ambiente muy bohemio.
En este barrio es donde se puede disfrutar del mejor fado de la ciudad. Es un canto popular portugués. Es más bien melancólico, pero no siempre mantiene esa regla. Depende de las notas, si son largas( es melancólico) o son cortas( es más alegre). Se dice que los que se dedicabani a este arte, para empezar a cantar por los bares que lo hacían empezaban tomando una copa de vino tinto para calentar las cuerdas vocales, y a medida que más bares recorrían la alegría era mayor, así que pasaban de la melancolía a la alegría.

Alfama es uno de los principales focos turísticos de Lisboa. Se encuentra a los pies del castillo de San Jorge, son calles estrechas, empedradas y empinadas, aquí parece que se ha parado el tiempo. Fue el lugar donde se establecieron los árabes debido a sus cualidades defensivas, y debido a su base rocosa el terremoto no afectó demasiado al barrio por lo que hoy aún conserva el viejo trazado urbanístico de kasbah árabe. Sus callejuelas no están pensadas para el tráfico rodado, por lo que para llegar hay dos opciones: Dar un paseo, un poco cansado, subiendo empinadas cuestas, pero desde luego el

"Coge el tranvía 28 y pasea por Alfama...", me dijo un gran amigo viajero antes de que me fuera a Lisboa. Pues no, la verdad es que no lo cogí porque me pareció más un souvenir turístico (a 3 euros el viaje, por cierto) que algo realmente auténtico. Pero sí que me puse calzado cómodo (todo-el-mundo me insistió sobre la importancia del "calzado cómodo" en Lisboa... exagerados) y subí, bajé y paseé todas las calles del Barrio de Alfama. Una maravilla. Una joya, como toda la ciudad, de sinuosos callejones, escaleras, patios, ropa colgada, azulejos bonitos, señoras portuguesas de barrio y bares escondidos con café a 0,50€.