Un trozo del paraiso Malagueño
Malaga tiene la gran suerte de contar con una sierra bastante diversa en cuanto a climatología, fauna y costumbres. Ello la hace muy atractiva para el turismo.
Aunque el clima es muy seco, podemos encontrar lugares como el barranco de Benahavis aunque existen otros un poquito mas cercanos como el Barranco Blanco en la localidad de Coín.
A pocos kilómetros de Alhaurin y en el termino municipal de Coín (se llega a travez de la variante que va desde Coín a Alhaurin del Grande) se encuentra una pequeña joya, que por desgracia, por la dejadez del ayuntamiento y la diputación, se esta convirtiendo este pequeño paraíso en un estercolero.
Esto se hace patente nada mas llegar, ya que los domingueros sin escrúpulos dejan todo tipo de basuras en el suelo, teniendo apenas a 20 metros un enorme contenedor de basuras.
En este punto de inicio se puede optar por 2 opciones:
- Una de ellas es bajar apenas unos 100 metros hasta las pozas que hay justo debajo del camino de tierra, el acceso es fácil, aunque al llegar a las pozas el camino se complica, teniendo que tener mucho cuidado con las rocas. El espectáculo que nos espera esta sacado de alguna postal. Unas cascada de unos 20 metros nos aguarda, cubriendo todo de verdín y musgo. Al mismo tiempo dicha cascada da a una poza no muy profunda de aguas cristalinas, que a su vez esta da a una mucho mas profunda donde los jóvenes se divierten lanzándose al agua.
- La otra opción es la mas larga y puede que la mas gratificante. Ascendemos río arriba, teniendo mucho cuidado donde pisar. Aunque existe un pequeño sendero, este a veces desaparece y se introduce en el río, teniendo que forzosamente atavesarlo. El caudal en época veraniega es bastante bajo por lo que la ascensión, se puede hacer con relativa facilidad hasta llegar a la primera de las pozas. En este punto las paredes de roca no deja mas alternativa que nadar para llegar al otro lado. Esta poza es la mas visitada y también una de las mas divertidas, ya que hay una cuerda por la que poder trepar y saltar.
Pasado ese escollo seguimos subiendo unos 100 metros, encontrándonos con pequeñas pozas que nos irán refrescando, hasta la gran poza que existe al final del camino. Aquí es donde las paredes de roca se estrecha tanto que seguir es cuestión de coraje y aventura. Una gran poza de extraordinaria belleza nos da la bienvenida. Al fondo podemos seguir subiendo con muchísimo cuidado por las 2 cataratas (la segunda tienes que subir por una cuerda mientras el agua te empuja hacia abajo) y una segunda poza para acceder a la parte alta donde algunos aventureros se arriesgan haciendo el salto mas grande de este magnifico lugar.


