Este bar de reciente apertura se encuentra al final del muelle, justo en frente del faro rojo, al lado de la zona de vela del Club Náutico. Además de la zona interior dispone de una pequeña terracita, ideal para los días calurosos.
Desde aquí podremos observar tranquilamente el atardecer, mientras degustamos una bebida (recomiendo el mojito) con el susurro del mar.
Muchos platos de la carta agotados, Retrasos de hora y media, los platos salían incompletos y servían algunos platos de las mesas y otros no.
Entendemos que agosto es temporada alta, pero el resto de establecimientos están preparados y refuerzan plantilla. Lo peor es que al salir vimos a los dos cocineros liandose unos cigarrillos y bebiendo cerveza, mientras las mesas esperaban sus platos.
Mi experiencia, junto con las de las otras 10 personas que me acompañaban, fue realmente mala. Primero la atención, peor imposible, la camarera fue muy desagradable; segundo el mojito, fue el peor que me han hecho este verano. Sin lugar a dudas no pienso volver, o sea que no os lo recomiendo.
