Pequeño, bien atendido y con muy buen aire acondicionado
Esa mañana salí temprano como siempre para asistir a mi clase de Pilates y caminar por Peatonal Córdoba que era como pretender caminar en Marte o hacerlo en un lugar desprovisto de atmósfera, ni que decirles que de regreso no sólo persistía el horroroso clima sino que el sol quemaba como una plancha ardiendo y la temperatura alcazaba a esa hora ( 9 de la mañana) los 35º a la sombra. Me refugié en este barcito de la esquina de casa y me encontraba aquí, tomando mí mañanero cortado en jarrita con una medialuna salada, muy rica por cierto, cuando de pronto se levantó un fuertísimo viento y comenzaron a volar las sombrillas que estaba en la acera (terraza), salí a fotografiar el cielo con el riesgo que implicaba y regresé a la mesa. Todos cuantos andaban por allí buscaban refugio en lugares como las varias Galerías que hay en esa cuadra y bajó abruptamente la temperatura a 20º o menos. Al rato había cesado el viento, nuevamente salió el sol y si bien la temperatura no subió tanto el sol seguía ardiendo.
