Comida casera de la tierra
Desayunar como si no hubiera un mañana. Eso es lo que hice yo en el Bar Quel, un agradable local al que me llevaron los pilotos de Globus Empordà después de mi primer (y de momento último) viaje en globo. Y es que por lo visto para ellos es algo así como costumbre: se vuela ligerito y cuando se vuelve a tierra se calma el hambre con cantidades industriales de comida. ¡Y qué comida!
En el Bar Quel nos pusieron fuet, panceta, anchoas, aceitunitas, pan tumaca, croquetas de carne (muy típicas de esta zona por lo visto, porque están en casi todos los restaurantes), y un montón de cosas ricas más. Todo parecía muy casero y producto de la tierra. Desde luego esos tomates no sabían a ‘tomate industrial de supermercado de ciudad’. Agua, café o cervecita incluidos. ¿Precio? Desconozco, venía incluido en mi vuelo en globo.