Marita A
Un local a la última moda donde desayunar, comer o disfrutar de conciertos gratis
Descubrí el bar Potemkine paseando un domingo por la mañana por Bruselas. Habíamos dejado atrás el mercado de Sant Gilles y nos dirigíamos al de Midi cuando mi primo, residente en la ciudad, me dijo: "te tengo que enseñar un cafe que hay por aquí que te va a encantar".
Y así fue. Ya la fachada me pareció de lo más interesante, con ese rotulo con el nombre Potemkine tan electro- punk. Asomé la cabeza curiosa y solté un grito de "me encanta". Nada más entrar, me fascinó lo diáfano del local y ese rollo loft cálido, al ser todos los muebles de madera. Me explicó mi primo que era un antiguo cine y, desde luego, el toque majestuoso se le notaba. Tras la barra, conservan unas neveras antiguas enormes, un detalle muy interesante.
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