Bar La fragua de Vulcano

En el barrio de Huertas, zona guiri de Madrid por excelencia, no tienen por qué clavarte por todo necesariamente. En la Fragua de Vulcano, aunque la tapa que viene con la cerveza suele dejar mucho que desear (unas tristes empandillas o similar), las raciones están buenas y su precio no es excesivo.

Podrás disfrutar sentado en una mesa de raciones decentes de gambas a la plancha, calamares a la romana o boquerones fritos desde 6,50 euros. La ración de croquetas (7 euros) es casera pero sólo vienen cinco, cinco hermosas, pero cinco al fin y al cabo. Los meses con R sirven mejillones a 6,50, ¿dato curioso o forma de fastidiar al estranjero para el que pronunciar esta consonante es un suplicio? Quizá un poco de cada.

El bar La fragua de Vulcano, en alusión al cuadro de Velázquez, es uno de los sitios más típicos para tomar tapas en Madrid. Situado al principio de Nuñez del Arce, casi en plena plaza Santa Ana, es fácil de distinguir por su estética: Azulejos tradicionales que enmarcan pizarras donde anuncian sus famosas gambas a la plancha o su paella.
La verdad es que, aunque puede resultar un poco caro: 16-20 euros, tanto la comida como la cerveza suelen estar muy buenas, aparte de su céntrica ubicación.
Lo peor sin duda es que según a la hora que te pases es muy posible que te lo encuentres lleno

En verano o primavera, pasar por la esquina donde se halla La Fragua de Vulcano es una tentación. Difícil no sentarse en una de las mesas de la terraza y pedir una ración de gambas o langostinos y una caña bien fría. La taberna, sin pretensiones pero llena de encanto, tiene un menú variado, tanto castellano como asturiano. En invierno sus lentejas estofadas y la fabada asturiana son el mejor combustible para calentar el alma y el cuerpo, y echarse a andar.