Brocheta de gambas y más...
Este bar de pinchos es una de las joyas de la parte vieja de San Sebastián. Lo encontramos por pura casualidad mientras caminabamos buscando un lugar para comer.
Lo ví tan auténtico, tan antiguo, tan "poca cosa" que le dije a mi amiga, vamos a ese lugar, ves que ambiente más donostierra tiene?. Y acertamos. El local es pequeñísimo y está hasta la bandera de lugareños y despistados como nosotras. No te puedes sentar, y casi que comes del plato de la persona que tienes al lado, pero merece la pena.
Si buscaís un lugar moderno, de tapas exclusivas, este no es el lugar. El Goiz es auténtico 100%, sus camareros son una pasada de simpáticos y cercanos. Y por supuesto, LA BROCHETA, uhmmm. A partir de aquí, tuvimos una degustación de pintxos increíble y ya no comimos. Nos fuimos directamente de conciertos ;)
Las cervezas, el txacolí, el Mari-Juli, todo hace una perfecta combinación en un local sin pretensiones que se gana la clientela por la calidad "modesta" de sus pinchos y por la simpatía cercana de sus camareros.