Un espectáculo encantador
Muchas veces la prisa por salir de un lugar para estar lo más rápido posible en otro nos hace perder las increíbles y asombrosas maravillas que la naturaleza nos brinda.
Por eso y porque no siempre disponemos de ese tiempo que nos tomamos prestado a la vida para disfrutar de la naturaleza nos convenció, debo decir que sin ningún esfuerzo, detenernos un tiempito y contemplar cómo es sol iba descendiendo desde el azul del cielo deslizándose tras las montañas en un increíble, casi imperceptible y acompasado ritmo hasta prácticamente desaparecer.
En medio de ello, las olas en calma, los jóvenes con sus barrenadores, los mayores y los escasos niños que allí había se iban acercando lenta y pausadamente hacia a orilla antes que el sol dejase de alumbrar por completo la playa y el mar.
Sus aguas muy frías de oscuras arenas y sus fortísimas olas las hacen las preferidas de los más jóvenes, esos que ibas viendo salir con los barrenadores en tanto otros se resistían a dejar le mar. El espectáculo no sólo es maravilloso sino gratificante y parece que el silencio del lugar acompaña el ir y venir del mar lamiendo las orillas. Algunos se quedaban conversando como si nada los apurase, de hecho si estás vacacionando quien lo hará, en fin… es gratificante decir, ¡que bueno ha sido poder estar aquí, olvidarnos del trabajo y del diario trajinar para disfrutar de un atardecer en sin igual en el mar!
Los datos son de la Ilustre Municipalidad de Valdivia.
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