Encaramada sobre colosales murallas y...
Encaramada sobre colosales murallas y custodiada por herrumbrados cañones, la antigua Asilah parece un gran nido de gaviotas rodeado de mar. Es cierto que hay dos Asilah; la del mes de agosto es bella aunque distante, como si no pudiera ser ella misma bajo la invasión de marroquíes acomodados y extranjeros que disfrutan de sus callejuelas, sus casas encaladas, sus patios, sus sofisticadas galerías de arte y las buenas playas de alrededor. Pero si tienes la ocasión de conocerla durante el resto del año, Asilah te mostrará su alma de pueblo pequeño y tranquilo y te hechizará.
Influenciada por los musulmanes que durante los siglos XIV y XV emigraron de España, la Medina de Asilah es blanca nívea como los pueblos de Andalucía. Claro que aquí y allá tiene preciosos toques de verdes, celestes y turquesas que no hacen más que realzar su belleza.
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