Este verano tuve la oportunidad de...
Este verano tuve la oportunidad de visitar Arévalo, una preciosa ciudad castellana cargada de historia. Un tranquilo paseo por el centro es suficiente para darte cuenta de la importancia que tuvo durante los años en los que allí vivió Isabel la Católica junto a su madre y su hermano. Sus edificios, sus iglesias y su castillo son motivos más que suficientes para señalarlo como un destino indispensable si quieres conocer la auténtica Castilla.
Y si Arévalo es interesante por su interés histórico, no lo es menos por la amabilidad y buena acogida que nos mostraron sus habitantes. Especialmente el personal del Hostal los Cinco Linajes, cuyo servicio y atención fueron en todo momento impecables. El hostal está situado en el centro de Arévalo, en una antigua casona castellana hoy rehabilitada con un gusto exquisito y especialmente respetuoso con la arquitectura de la época.
En Arévalo se sienten orgullosos de cocinar el mejor cochinillo (incluso mejor que en Segovia) y pude comprobar, con gran deleite por mi parte, que tienen tienen razón. También se sienten orgullosos de su patrona, La Virgen de las Angustias y que hoy en día también lo es de Granada porque la reina Isabel quiso que así fuera cuando libero la ciudad del poder musulmán. Y lo hizo por ser devota desde su niñez en Arévalo.