Comodidad y estilo en el centro de Edimburgo
Como en todos los viajes fue esencial la elección de hotel cuando fuimos a Edimburgo el año pasado. Buscábamos un lugar con estilo, buen precio y, sobre todo buena localización. El Apex Waterloo Place, cumplió las tres condiciones perfectamente.
En cuanto a localización, ésta no puede ser mejor ya que se encuentra situado a apenas 3 minutos de Northbridge y lo que se tarda en cruzar éste para llegar a la Royal Mile. Tiene a la izquierda la colina de Calton, enfrente el cementerio del mismo nombre y a la derecha se extiende la New Town con sus tiendas y edificaciones regulares.
Es por fuera un edificio neoclásico que se ha rehabilitado completamente creando unos interiores estilosos y amplios. El personal de recepción es muy amable y está siempre dispuesto a hacerte sugerencias de visitas y a recomendarte lugares para comer.
En las zonas comunes está la sala de desayunos y restaurante, un bar-cafetería donde cenamos una noche y el gimnasio-spa con piscina en el sótano. Es de agradecer después de un día de caminatas por la bella capital, poder descansar un rato dándote un baño en la piscina que además está abierta prácticamente todo el día.
Nuestra habitación daba al patio interior y era muy tranquila. Contaba con zona de trabajo, sofá y una enorme cama muy, muy cómoda. El baño era grande, con bañera y ducha y con artículos de baño de la marca Elemis. Todo muy agradable y lleno de confort.
En cuanto al precio, pues hay que decir que no siendo demasiado barato (como sucede en general en Reino Unido), era más que aceptable para lo que ofrecía. No cogimos el desayuno durante los días que estuvimos allí, excepto el último en e quel usamos el servicio de habitaciones ya que madrugábamos mucho y todas las cafeterías de alrededor estaban aún cerradas. Fue estupendo en calidad, cantidad y puntualidad. Por cierto, más barato que si lo tomabas en la cafetería del hotel.
Una buena opción, sin duda para alojarse en el centro de Edimburgo.


