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Alitasia

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2 opiniones sobre Alitasia

La Yonna, La Consolidación de las Tradiciones del Wayúu

La etnia Wayúu es la más numerosa que existe en Venezuela. Ocupa una buena porción de las tierras del Estado Zulia. Algo así como 12.000 Km cuadrados pertenecen a sus dominios. Este grupo indígena aunque en la actualidad mezclado con los “alijunas” sigue preservando gran parte de sus tradiciones, honrando a sus antepasados. Una de las formas que tiene para hacerlo es a través de su baile llamado Yonna, que en síntesis simboliza el enorme patrimonio cultural que llevan sobre sus hombros.

A Leonardo Montiel todos lo conocen como Perico. Es integrante de una dinastía familiar que se instaló desde sus orígenes en las tierras de Alitasía, población del estado Zulia ubicada a unos cuatro kilómetros de Paraguaipoa. Su apellido infunde respeto en este suelo; la plaza del árido caserío exhibe tres bustos lastimados por el paso del tiempo: el de su abuelo, José de la Rosa “Torito” Fernández, uno de los representantes más prominentes de la etnia, palabrero y consejero. El de su tío José Leonardo Fernández quien en 1941 se convirtió en el primer médico indígena de Venezuela. Y el del escritor Rómulo Gallegos, del que cuenta Perico su abuelo fue muy amigo, “en él se inspiró para darle vida a su novela Sobre la Misma Tierra. Compartió una semana con mi abuelo, observó sus costumbre, escuchó su historia de amor; y quedó tan agradado que la inmortalizó en una obra”.

Perico Montiel es uno de los hermanos mayores de los nueve que comparten padre y madre, su progenitor tuvo cuarenta y cinco hijos con ocho mujeres distintas (la cifra aumentaba cada vez que se preguntaba por el verdadero número de hermanos) y asegura que a todos los quiso por igual. En la etnia wayúu la poligamia es una práctica común, la condición preponderante es que el hombre pueda mantener el número de féminas con las que está dispuesto a desposarse, recalca “casi todos somos universitarios, con mucho esfuerzo mi papá lo logró”.

Montiel dice haber conocido gran parte de la geografía nacional, trabajo con la estatal de petróleos y eso le permitió viajar mucho, aprender de otros lugares y darse cuenta de las potencialidades de su tierra. Una vez jubilado decidió regresar al Zulia y se enamoró nuevamente, ya habían pasado por su vida varias mujeres; en esta oportunidad siguió los pasos de su abuelo quien desafió a su raza casándose con una “hembra” que no pertenecía a su etnia, fue uno de los primeros, “hoy en día es más común que nos enamoremos de alijunas”. Con ella comparte una vivienda en las tierras de la familia en Alitasía, crían una hija que comienza apenas a dar sus primeros pasos y bien pudiera ser su nieta. Ya él tiene descendencia mayor, que trazó su camino y salió de la Guajira a hacer su vida. Para los wayúu es muy importante recibir educación, sus principales esfuerzos van destinados a la instrucción de sus hijos. Los números indican que en la Universidad del Zulia, institución que les queda más cercana, existe una población de 5.000 estudiantes indígenas.

Con la mayor parte de sus hijos con vidas hechas, Leonardo comenzó a pensar que podía hacer con sus años mayores, la inmensidad de su suelo le dio la respuesta.
Aventuras Alitasía es el nombre del proyecto con el que este wayúu pretende dar a conocer la cultura de su pueblo, a través de representaciones que simbolicen y enseñen la grandeza de la Alta Guajira. La Yonna ofrece eso y mucho más, no es un simple baile al que están acostumbrados los pertenecientes a la etnia wayúu, este rito es para ellos la búsqueda del equilibrio social, la muestra de la solidaridad colectiva, la relación entre el cosmos y el hombre y el rencuentro de su gente a través de la danza. Por aquí se centra su oferta turística.
Perico hace tours a Alitasía para mostrar el baile, los instrumentos, el modo de vida de su gente en sus primeros años, las playas cercanas y su comida. Pero es la Yonna la que encierra todo eso porque los wayúu la organizan para celebrar una boda, la recolección de granos, la abundancia de la cosecha, presentar a la mujer en sociedad luego del encierro, agradecer a Maleiwa (El Creador) por todo cuanto los rodea. A través de este montaje, Leonardo Perico Montiel cuenta la obra de su pueblo.

En los predios de su tierra construyó varias casitas de barro para el cacique, la majayura (niña que se hace mujer) y otra para recibir los turistas. En una de ellas hace la explicación del paso de niña a mujer de la joven wayúu. “cuando nuestra pequeñas se desarrollan, intervienen la abuela y las tías de la niña. Le cortan el pelo, las uñas, la bañan y la encierran en una choza en lo más alto del pueblo.” Una vez allí le dan preparados a base de raíces para que expulse a través del vomito todas las impurezas que le impiden ser una princesa. “Le enseñan a coser, a tejer, a bordar, a cocinar, todo lo que debe saber para atender a su futuro esposo”. La joven durante este encierro solo puede salir de la choza en las noches y ver a sus familiares más íntimos. Cuando ella esta lista se hace una celebración donde la yonna es el principal invitado.

Ese día se sacrifican animales en honor a la joven. Los wayúu tienen en el pastoreo una de sus principales actividades económicas. Perico dice que el contrabando es otra, pero no le gusta hablar sobre eso. Más bien se enfoca en aclarar que los rebaños de los grupos familiares funcionan como bancos de prestigio, que sirven para la subsistencia y al mismo tiempo para mantener el estatus social dentro de la comunidad; estos les funcionan a manera de objetos de cumplimiento de ciertas obligaciones como funerales, matrimonios y pagos compensatorios por conflictos. Del ganado obtienen su carne, la leche para el queso y hasta su cuero para venderlo o hacer artículos utilitarios. Así que ese día, el momento en el que la joven salga del encierro habrá un buen sacrificio. Si se trata de varios ovejos, estos se utilizarán completos. Los habitantes de esta etnia no desaprovechan nada del animal. Lo hacen asado, guisado, cocinan la sangre para comerla con arepas, y las vísceras las limpian y cortan en pedazos muy pequeños para hacer algo que ellos llaman frinche.
En otro lugar, los invitados y la agasajada se alistan para la ceremonia. Los hombres usan un guayuco y en sus cabezas portan el karatse que es una especie de aro tejido que lleva unas borlas de lana de varios colores y en oportunidades un penacho de plumas de pavo real o gallo fino. Esta vestimenta así como los pasos que utilizará en el baile representan una alegoría uchii, como claro recordatorio de su procedencia. Las mujeres también se colocan mantas coloridas y un paño en la cabeza que extenderán más adelante frente al macho. Así comienza la fiesta.

Por eso Leonardo Montiel apartó un extenso terreno de su propiedad para hacer la presentación a los turistas. Y como en la yonna que se hace en su familia, limpia una porción de esa tierra a la que llama Pioui, este es el aro que describe los aros del globo terráqueo y los círculos lunares. Esa misma representación y la de sus ancestros va dibujada en los rostros de los participantes, quienes maquillan su cara para la ocasión.

Cada elemento en la yonna alude a los antepasados, los que rigen su vida presente. Al tambor que utilizan para hacer la música lo llaman kasha y este se refiere al sol y la luna (kai y kashi), las baquetas emulan las piernas y el miembro viril y la danza plantea una verdadera lucha entre el hombre y la mujer y además evidencia la condición polígama de su raza.

“Wasei pusuja mirroua” dice el hombre invitando a la mujer a bailar. Ella con un giro completo acepta y comienzan a correr alrededor del círculo. La indígena persigue al hombre al ritmo del tambor, va abriendo la manta con ambas manos y él se desplaza hacia atrás evitando caerse. La justa no tiene límite de tiempo. Si el hombre es tumbado entra otra pareja y si este abandona el baile por cansancio sin ser derribado es felicitado por los otros varones y la mujer reconoce su elegancia.

Así Perico Montiel y su gente muestran al turista un poco de la magia de su suelo, esta muestra siempre viene acompañada por relatos sobre las costumbres familiares, la explicación de la línea matriarcal en la casta y como el tío materno es quien ejerce la autoridad. Para los wayúu los parientes por línea paterna según sangre se reconocerán como aliados. Al final se enciende el fuego, ese que rinde tributo a los ancestros, les oran y les recita a los turistas un fragmento del poema de H Alexander:
… Ardes wayúu en tu tierra
De ancestros y de leyendas
De colores matizados
De vida alegre en lo amargo
De tradición, de cultura e historia
Que caminas en la gloria de tus pasos
Que cantas llorando
De bailes danzados descalzos…

La Yonna, La Consolidación de las Tradiciones del Wayúu

Fotos: Raymar Velásquez

@raymarven
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